Entradas

2020

A veces me aturde estarme callada, con tantos pensamientos en mi cabeza. Así que lentamente he empezado a escribir mis pensamientos. Soy muy intensa, después de todo es algo que simplemente necesito. Me agrada estar tecleando, me siento como una pianista. Apenas comienza el día, cuando estoy vestida y con mi té en las manos, empiezo mi melodía invisible de teclas y más teclas y mi compañera sonríe a medias, como la monalisa, entonces yo sé que le gusta. ¿Qué quiero hacer? Tumbar mis huesos en un pastal. Sí, que me piquen moscos y me muerdan arañas, y que una revolución de cucarrones se acomode sobre los límites de mi cuerpo. Quiero tumbar mis huesos en un pastal. Ver el cielo que nunca me dice nada en palabras. Interpretar las canciones que el viento compone. Y luego quiero que mis manos no se despeguen del teclado y que mis ojos no dejen de verlas mientras presionan tantos y tantos botones como una pianista. No veo otra forma de hacer esto que irme lejos. Me asomo a la ventana y

Esta entrada la escribes tú

Leo toda tu historia anónima. Adelante.

Rincón de escritores

No logro sincerarme con los del otro lado siento que, como no tienen voz, me juzgan como solo yo sé juzgarme Y cuando llueven todas esas voces insultantes y atrevidas en vez de escamparme, me siento en la parada de bus sin techo las reconozco porque hace días caía dentro de mí cada palabra necia, impulso de muerte Podrán creer que lo que hicieron fue pintar mi cielo gris tenerme frente a un loco psiquiatra o aumentar hasta la muerte los latidos de mi corazón Pero me encontré, y en este rincón de escritores seré el monólogo que me sirva para darle sentido a vivir

Tempestad

Me pregunto qué es el amor y te veo otra vez Otra vez entrando a mi puerta con tu cabello mojado y una pregunta sobre la vida ¿A qué te sabe el café con canela? A cuando llueve granizo una tempestad y mientras pasa palabras que no escucho solo siento cada pedacito de ese hielo que me ametralla el alma y que me deja sin aliento Vienen en dos, en cuatro Se divide entre meses Me pregunto qué es el amor cae granizo y se derrite en mí

Busco el silencio

Me esfuerzo para quedarme sorda uso todo el sonido en mis auriculares escucho la música más pesada siento mis bellos moverse saltar El ruido al que me someto es casi aturdidor porque esa es mi idea el silencio necesito cada vez más No he sentido ola más grande que la que forma el silencio en mi cabeza La cual me trae peces de todos los colores y, a veces, también basura No la recojo. No soy un juicio. Soy ese caos que un día aspiré ser Mis uñas ahora parecen sangrar de tanto escribir pero no es verdad solo así las pinté para callarme

Cuál feliz día

Nacen seres humanos incansablemente día a día. A cada uno de ellos, como en un simple juego de roles, se le es asignado un nombre, una dirección, una nacionalidad; un lugar en el mundo. Y en esta vida tuve que ser esta mujer con este nombre, en este país y en este año: colombia, 2020, estrato medio. Este es mi contexto: estudié lo que quise, camino por donde quiera, viajo sola, aprendo otro idioma, me reconocen por hablar de letras, puedo opinar aquí.  Me pregunto si tan solo el azar me hubiera jugado diferente. Que este cuerpo al nacer hubiera tenido otros rótulos: colombia, 1925, estrato bajo. Contexto: yo no podía votar, si me caso mi marido maneja mis finazas, no tengo cédula, no clasifico como ciudadana, no puedo estudiar.  Me enorgullezco al saber que ya no es así. Que ahora puedo hacer todas las cosas que quiera. Pero, un momento.  Las cosas no han cambiado mucho en otros lados del mundo: india, 2020, estrato bajo. Contexto: no he podido educarme nunca, mi papá tiene

No llega la luz

Me apenan las palabras que repito poesía varias olas ahogándome y se arruga mi piel encantada Hay vínculos más fuertes no lo creo (mi vientre despierta cuando me leo) No sé qué será de mí, déjame verme poesía